(Foto: Alfonso)
La democracia se basa en la teoría la delegación de
poder, decisión, responsabilidad. Elegimos a nuestros representantes cada
cuatro años en función de nuestras afinidades ideológicas y el programa
político que presentan en la campaña electoral.
La democracia se basa en mayorías representativas de
ciudadanos. Mayorías que tienen su reflejo en un número de representantes
proporcional.
Un gobierno elegido por esos representantes legisla,
y las decisiones sobre lo que se legisla y aprueba en el parlamento depende de
esos representantes-delegados.
La sociedad civil: asociaciones, ongs, sindicatos,
grupos de interés, etc… interactúan y presionan, si llega el caso, a esos
representantes.
Pocas veces se establecen referéndums sobre temas
concretos.
La delegación de poder es un mecanismo ágil y
eficiente. Los ciudadanos no pueden estar al tanto de todos los temas que les
afectan, a veces complicados y técnicos, la democracia directa no sería
posible, la gente se cansaría de votar por todo, de pensar y discutir por todo
a todas horas.
¿De verdad?
Lo cierto es que la teoría de la representación
parlamentaria tenía su sentido en la sociedad del siglo XIX y XX con comunicaciones
primitivas y una población poco formada.
Lo cierto es que hoy las TIC permitirían una democracia
directa. Las TIC son seguras, cómodas, inmediatas. Todos los días se mueven con
total seguridad millones de euros por la red, la información en la red es mucho
más precisa, rica, diversa que en cualquier otro mass media convencional.
En cuanto a que los ciudadanos no se implican, se
cansan, no pueden estar decidiendo por todo… ¿es verdad?
Estamos viendo en las redes sociales que todo esto no
es del todo cierto, a los ciudadanos les importa decidir, saber, opinar, ser
tenidos en cuenta de forma directa, no ser considerados inexpertos o menores de
edad que necesitan ser tutelados por unas élites. Los ciudadanos, si no saben,
se informan, para eso “también” sirve Internet.
La idea y el ideal, hoy tecnológicamente posible, sería que una red social de ciudadanos en la que estos
puedan opinar y votar en tiempo real sobre todos los temas que les afecten,
temas que los ciudadanos propongan, temas que se están debatiendo y decidiendo
en el parlamento. Todos los temas.
El ciudadano opina, ofrece información, debate,
conversa (o no) y vota sobre aquellos temas que le interesan, le afectan, le
apetece (o no) Votar de todo, pensar en todo, opinar de todo (o no, pero
tener esa posibilidad)
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